EDITORIAL
POR MANUEL PISANU*
Dedicado a la evangelización de personas que desconocen la fe cristiana, en una tierra de misión.
Sé que muchas veces no se entienden las decisiones de un misionero . . . de alguien que deja todo para servir a Dios a tiempo completo. . . muchos piensan que un misionero es un holgazán, que no quiere trabajar, piensan que un misionero quiere vivir con el dinero de los demás. . . sin pensar en el sacrificio que se hace . . . sin tener en cuenta que un misionero NO ELIGE ESTA VIDA, sin embargo es la carga y el llamado que Dios encomendado por el que vive.
Un misionero a menudo no tiene domicilio fijo, a veces puede dormir cómodamente, otras no. . . en algunas ocasiones debe compartir habitación con otras personas, en otras se sacrifican los matrimonio y se dividen por razones de espacio o cultura. En otras circunstancias, come lo que no le gusta o no puede, por razones físicas, y se encuentra en culturas o formas de pensar diferente al suyo. . . en tanto cambia su forma de vestir según la cultura para no ser un escándalo, no siempre encuentra una higiene segura, pero ora y confía su estado de salud en manos de Dios.
En otro ámbito, un misionero debe romper su orgullo cuando recibe una ofrenda, no siempre es fácil aceptar esas ofrendas, porque siempre nos han enseñado que el dinero se gana con el sudor, «trabajando». . .

Un misionero suele ser degradado y Dios debe obrar en él todos los días para que las ofensas recibidas, aunque sean indirectamente, no le generen inseguridades y sentimientos de inferioridad. Un misionero suele andar descuidado, quizás ni siquiera tiene tiempo para cuidar su propia apariencia, porque sabe que lo más importante es llegar a las almas. . .
Usa zapatos cuando puede aunque ha aprendido a andar descalzo, aprende a compartir y a no ser egoísta, es enseñado a recibir y no solo a dar, a adaptarse y a no pedir mucho, aprende a sobrevivir, sabe confiar. Además, su mañana solo esta en manos de Dios, vive sin salario fijo pero no le teme a lo que vendrá, porque sabe que todo está en manos del Padre, aprende a depender solo de él y no en el ser humano . . . aprende a estar con todos, sabe adaptarse a diferentes culturas y grupos étnicos . . . un misionero puede ser modelado fácilmente. . . es como una vasija de barro en la que se trabaja constantemente. . .
¿Eres misionero? Si tu respuesta es sí, entonces sigue caminando con la cabeza en alto, porque tu vida está en manos de Dios.



Manuel Pisanu, es de Catania, Italia. Es Director Nacional en "Vidas Trasformadas". Autor del libro “No digas que eres solo un Muchacho”, es pionero de varias obras nacionales de evangelización.
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